No me lo vais a saber agradecer, pero he realizado la
tediosa tarea de hojear las letras de las canciones del Festival de Eurovisión
con la ilusión de tener algo que contar.
he llegado a la mitad, casi (20), y doy aquí fe de que:
-hay dos en idiomas que no entiendo (ni me he molestado en
que me traduzcan).
-de las 18 restantes hay dos de mensajes eurovisivos (viva
Europa, viva el mundo)
-de las 16 restantes 11 HABLAN DE AMOR.
¿De qué hablan las 5 restantes?
-dos hablan de vivir el presente.
-dos hablan de sobrevivir a las hostias del presente.
-una es un mensaje de ánimo a una persona hundida (¿por el
presente?)
Yo me esperaba un gran mensaje consumista neoliberal,
animando a emprender, a crecer y a gastar, autopromoción capitalista y bla bla bla...
No, claro que no. Esperaba lo que he encontrado, poco más o
menos.
El sistema que odiamos no se vende a sí mismo. Nos vende
amor.
Pero las alarmas no nos saltan.
O, expuesto de otra manera: el neoliberalismo se justifica a sí mismo por el amor. El éxito amoroso es la razón por la que debemos asumir el neoliberalismo.
Y en los huecos que le quedan nos dice que vivamos la vida.
"¿Qué es la vida?" podríamos preguntarle. "¿Cómo se vive?"
“¡Pero si te lo he dicho once vece!”, nos contestaría.
Así que la vivimos (=amamos), fracasamos, nos hundimos y,
excepcionalmente, nos mandan un mensaje de ánimo.
La historia presentada es la de todo producto de ocio
generalista: un marco político no cuestionado, monarquía perfecta y
sobreentendida, en el que se nos cuenta una historia de amor con la que nos
identificamos gracias a la representación de algún que otro altibajo.
Lo dicho: el enemigo pasándonos la mano por el lomo. Y
nosotrxs le ronroneamos desde la mantita.
A lo mejor el gallo de Manel es un buen símbolo de esta paradoja. Como un fallo en Mátrix.
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