La agamia vio la luz hace poco más de tres años, y desde entonces la idea ha agarrado con fuerza.
Hoy ya es un término utilizado
normalmente en las referencias a nuevos modelos relacionales, y por todas
partes aparecen personas que se identifican a sí mismas como ágamas.
Eso a pesar de que el cambio de marco conceptual es tan
completo que a veces se es ágamx sin entender del todo en qué consiste eso que
se está siendo.
Explicado de una forma gráfica, se puede decir que la agamia
es un viaje a un lugar tan distinto a aquél del que partíamos que, tras un cierto
recorrido… bueno, si no somos exactamente ágamxs, al menos podemos decir que
somos viajerxs de la agamia; tan lejanos de nuestro origen que apenas podemos
ya decir que pertenezcamos a él.
Pero entonces, ¿qué es “agamia”?
Según su definición más general, la agamia es un modelo
relacional consistente en no formar pareja.
Así de sencillo.
Si no formas pareja, eres ágamx. Otra cosa, eso sí, es cómo
lleves a cabo tu agamia.
“Ah, pero entonces… ¡Siempre he sido ágamx!”
Probablemente, pero vamos a aclarar algunos equívocos para
evitar que el trazo se pase de grueso.
Ni todas las personas sin pareja son ágamas, ni todas las
parejas dejan a las personas completamente fuera de la agamia.
¿Complicado? Qué va. Veámoslo con los ejemplos más
característicos:
“Llevo mucho tiempo sin pareja. Eso es ser ágamx, ¿no? Por
fuerza, pero ágamx al fin y al cabo”
Pues no. La agamia no se “está”. Se “es”. Si se “estuviera”,
entonces sería ágama cualquier persona con pareja cuando bajara sola a comprar
el pan. Si no tienes pareja, pero quieres pareja o haces por construir una
pareja, entonces eres una persona monógama fracasada (como casi todo el mundo,
eh, incluida la gente que la tiene, no lo tomes a mal). Pero cuando dices “¿y
si dejo de buscar pareja y me organizo así, tal y como estoy?”. Hmm… ¡Eso ya es
otra cosa!
“Tengo pareja, pero no es una pareja convencional. Somos
igualitarixs y respetamos nuestro espacio. Más bien somos compañerxs.
Compañerxs ágamxs”.
Bueno… lo igualitarix que se puede ser cuando se hereda y
reforma una estructura patriarcal, ¿no?
Que conste que es perfectamente posible
que tengáis una relación estupenda. Pero si lo es no será gracias a lo que el
formato pareja os ofrece, sino a vuestro sentido común, a vuestra sensatez, a
vuestra capacidad, en definitiva, para oponeros a lo que una pareja tiende a
ser. Es perfectamente posible que tengáis una relación estupenda, digo. Pero
desengáñate: no es probable.
Y no es agamia. Es monogamia normal y corriente. Monogamia
entre buena gente, si quieres.
“No soy monógamx. Tengo relaciones múltiples”.
Pues por eso no eres ágamx. Porque tienes “relaciones”, es
decir, porque hay un grupo de personas con las que te relaciones a las que
llamas “relaciones” y un grupo de personas con las que te relaciones a las que
no llamas “relaciones”. Incluso, si lo piensas, existe una cierta relación con
la humanidad entera que también se está quedando del lado del no. Eres tú quien
ha decidido dónde está esa barrera que separa a un grupo de otro. Y el ponerla
es lo que te separa a ti de la agamia.
Por cierto, cuando hablas de “relaciones”, ¿te refieres a
las personas con las que tienes relaciones sexuales? Entonces ya está claro: no
eres ágamx para nada.
“No hago diferencia entre mis parejas y mis otras
relaciones. Para mí son todas iguales y ninguna tiene privilegios sobre las
demás”.
¿Y no te vuelves locx? Lo primero que haces es diferenciar a
tus parejas de tus relaciones, y después intentar que esa diferenciación no
tenga consecuencias. ¡Cuánto trabajo inútil!
Las relaciones entre las personas son diferentes, y no hay
nada de malo en ello. Lo malo es que sean injustas. No se trata de que a todo
el mundo le proporciones lo mismo, sino de que le proporciones a cada quién aquello
que es tu responsabilidad proporcionarle. No sé muy bien qué eres, pero creo
que vas a dejar de serlo en cuanto encajes algunas piezas.
“Ni tengo pareja ni la quiero. Yo vivo mi vida, que son cuatro
días. Lo que hay que hacer es disfrutar sin ataduras. Soy agamx, ¿a que sí? ¿A que
yo lo he clavado?”
Tengo una mala noticia para ti: Si lees algún texto sobre
valor sociosexual descubrirás que eres carne de pareja, y que te resistes a
ella fetichizando sexualmente a personas que consideras inferiores a ti.
No voy
a desarrollar esto, pero de momento te digo que, aunque pasas por ágamx, ni lo
eres ni nos interesas, y que si en algún momento la agamia llega a estar
representada por gente como tú, entonces dejará de ser agamia y pasará a ser el
lado oscuro de la agamia, que no es otra cosa que el futuro atomizado de
nuestras relaciones, y que es justo aquello que la agamia rechaza con más
ímpetu y con más decisión. Mucho más intensamente que la monogamia misma.
“Pero, entonces… ¡¿Es que nada es agamia?!”
Sí que lo es. Como dije al principio, agamia es no formar
pareja. Simplemente. Eso sí, con todas las
consecuencias.
Por eso, en realidad, hay una cierta agamia en cada uno de
los ejemplos anteriores. Porque allí donde la pareja no logra realizarse a la
perfección, lo único que tiene para tapar los agujeros es su opuesto: la
agamia. Un poquito de agamia.
2 comentarios:
bueenooo!
Acho que tenho que ler mais para fazer um comentário melhor, mas, quero dizer: gracias!
No respondiste el objetivo planteado en el texto, literalmente no respondes que c4r4j0s es agamias, puro pajazo mental, pikos, no sean asi
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