Vamos a jugar un poco con la distribución erótica, a ver si
conseguimos flexibilizarla.
Es sólo un experimento.
Sucede que mediante el sexo dividimos a las personas en dos
tipos: aquéllas con quienes estamos dispuestxs a tener relaciones sexuales y
aquéllas con las que no. Esto deja también dividida a la propia actividad
sexual en presencia o ausencia de sexo. Y en nada más.
Todo esto es muy grosero. Compliquémoslo, como se hace con
las identidades, para que se tambalee un poco. Pero recuerda no tomarte lo que
hagamos demasiado en serio durante demasiado tiempo. No se vuelva un nuevo
obstáculo. Como las identidades.
Primer paso
Divide el sexo en varias prácticas, cada una con una
diferente categoría de intensidad e intimidad. Una especie de sexo por niveles.
Algo así como un sexo incipiente, un medio sexo y un sexo completo, por decir
algo. Hazlo con cierta claridad y precisión. Que puedas distinguir cada uno sin
problemas. Un ejemplo podría ser
a-acceso superficial al cuerpo con fines expresamente eróticos.
Tocar por el gusto de tocar (imagino algo parecido a la confianza que suele
tener en público una pareja establecida).
b-enrollarse en el sentido tradicional (como actividad a la
que las personas implicadas se entregan expresamente)
c-inclusión general de encuentro desnudo con dedicación
erótica plena, participación de genitales, etc…
Es sólo un ejemplo para que se entienda. Lo que hace falta
es tu propia lista.
Segundo paso
Ahora vamos con el no sexo. Lo vamos a subdividir también,
porque no queremos que sea una sola categoría, tan brutal y definitiva. Tendrás
que ir del rechazo total del contacto a, esto es importante, una categoría que
esté próxima a la menos sexual del primer grupo. Yo elijo hacerlo nuevamente en
tres. Serán estas:
a-ausencia completa de contacto. Nuestros cuerpos no se
tocan o sólo accidentalmente. Nos saludamos con un gesto.
b-contacto libre dentro de la brevedad. Proximidad física y
relajación ante la presencia del cuerpo de la otra persona. Nos saludamos
dándonos la mano.
c-acceso libre al cuerpo. Periódicamente contactos amplios
que vienen justificados por manifestaciones de afecto, ayudas a la distensión
emocional o muscular, comunicación con el apoyo a veces de un canal táctil (por
ejemplo coger la mano)…
Tercer paso
Llega lo más difícil. La idea es sencilla, pero imaginarla
de verdad requiere un cierto esfuerzo. Vamos a hacer una sola escala con todas
las categorías (fácil hasta aquí, claro, la sexual empieza donde acabe la no
sexual) y (esto es lo difícil) vamos a llamarla escala de categorías eróticas.
Eso es. Todo es erotismo. En distintos grados, pero todo lo
es. Incluso la relación que tenemos con esas personas con quienes no nos planteamos
de ninguna de las maneras una relación sexual convencional. Nuestra relación
con ellxs también es erótica, porque no podemos exigir que dejen en casa su
erotismo al tratar con nosotrxs. Las personas están erotizadas. Todas. Es mejor
que lo aceptemos de una vez. Y nuestro trato con ellas es erótico siempre. Es
el grado de aceptación de interactuación erótica lo que podemos, más o menos,
determinar. Y ni siquiera demasiado, porque ese grado, por ejemplo, no
contempla el cero. Lógicamente, tampoco te pueden deserotizar a ti, en ningún
lugar, en ninguna circunstancia. Tu erotismo no entra y sale. Va contigo y así
es como estás en todas partes.
Ya tienes tu escala. Te dejo con ella. Seguro que hay mil
juegos que te apetece probar.
Puedes buscarle su lugar a distintas personas, eso es lo más
inmediato. Pero también puedes buscar confluencias entre los deseos de otras
personas y los tuyos allí donde esa confluencia está rota porque no queréis lo
mismo. Seguro que si tu escala fuera compartida, muchas personas con las que no
encuentras un lugar erótico cómodo hallarían uno mucho mejor. Probablemente deseas
a personas que dicen no desearte porque no tienen claro que deseen tener toda
una relación sexual contigo y, sin embargo, estarán encantadas de llegar a una
categoría anterior a la máxima. Seguro que hay otras personas con las que te
gustaría encontrar una herramienta de inclusión erótica progresiva, pero temes
no poder controlar esa inclusión una vez que empiece. La escala te permite
fantasear con ello.
Y puedes imaginar encuentros a distintos niveles simultáneos.
Nuestra sociedad acepta con estúpida normalidad la convivencia explícita de dos
niveles eróticos: personas con las que tenemos sexo y personas con las que no.
No hay incompatibilidad. Mientras una persona me besa la otra no lo hace y todo
el mundo entiende que esos papeles son estables y armónicos. Ahora podemos
imaginar una convivencia donde el erotismo no sea incompatible en ninguna de
sus formas, porque, además, del mismo modo que todo es erotismo, nada es sólo
erotismo.
En fin. Te estoy distrayendo. Ya me contarás.
3 comentarios:
¿Has probado la biodanza?
excelente post
Me gusto mucho el post, a mi en lo personal el huevo jade hizo que renaciera el amor y el fuego con mi pareja
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