curiosidades del sexo con objeto
Estamos tan condicionadxs por el sexo con objeto que con
frecuencia imaginamos la objetualización de un cuerpo para poder excitarnos
cuando carecemos de objeto. Como, por ejemplo, al masturbarnos.
Las conductas sexuales pueden utilizar la imaginación
sexual, pero en principio no necesitan de ella porque ellas mismas ya son sexo.
No es malo usar la imaginación sexual para excitarse. Pero, ¿para qué
excitarse? Normalmente usamos la imaginación sexual para imaginar que
objetualizamos un cuerpo, y así excitarnos, y así alcanzar un orgasmo que
signifique la posesión de ese cuerpo.
El sexo con objeto es
el verdadero sucedáneo del sexo (del erotismo) y es una actividad que
consiste en objetualizar personas reales
a través del sexo.
Puede ser que no nos guste el erotismo, y que en realidad
sólo nos apetezca objetualizar. En ese caso lo correcto sería llamarlo así. O entender
que hablar de sexo, o de follar, es hablar de objetualizar.
Objetualizar mediante el sexo no tiene por qué diferenciarse
demasiado de objetualizar mediante cualquier otra actividad. Objetualizar es
objetualizar. No podemos objetualizar sin al menos otra persona a la que
objetualizar.
Si el erotismo se parecía tanto a la objetualización era
porque nuestro erotismo tenía mucha objetualización, no porque la objetualización
fuera parte del erotismo.
Se puede concertar un encuentro para realizar actividades
sexuales. Seducir, sin embargo, es convencer para que alguien se deje
objetualizar. En realidad consiste en convencer
a alguien de que nos vamos a dejar objetualizar por ella/él cuando, en
realidad, nuestro objetivo es objetualizarlx.
Porque éste es el verdadero contenido de la seducción, la
seducción es necesaria para que dicho objetivo se lleve a cabo. Si se
propusiera abiertamente es muy probable que fracasara. Sería algo así:
“¿intentamos objetualizarnos mutuamente a ver quién logra seguir siendo sujeto?”
claves para
entender el sexo sin objeto
El deseo sexual no
necesita la determinación de otra persona como objeto de deseo.
De hecho, no necesita determinar objeto de deseo alguno. En
principio, el objeto de deseo que le es propio al erotismo es una conducta que
proporcione placer o satisfacción eróticxs. Una acción. Humana o no, orgánica o
mecánica, propia o ajena.
Establecer un objeto
de deseo es simple y llanamente premeditar, predecir, incluso vaticinar, qué
puede ser satisfactorio o placentero sexualmente.
Una persona que cocina no es objeto de mi hambre.
Lo que una persona cocina puede ser objeto de mi hambre.
Una persona puede compartir el objeto de su hambre conmigo.
Se llama “quedar para comer”.
Cuando quedamos para comer en ningún momento, por mucha
hambre que tengamos, ninguna de las personas llega a alimentarse de ninguna otra.
Es más, ninguna de las personas llega a desear hacerlo.
En todo momento la
diferencia entre sujeto de deseo y objeto de deseo permanece clara y distinta.
Es interesante recordar que los seres humanos somos omnívoros y podríamos
comernos mutuamente. Podríamos incluso llegar a acostumbrarnos a ello. Podría
incluso ser nuestro mayor deseo y el sentido de nuestra vida. Podríamos incluso
llegar a la conclusión de que es una necesidad.
Cuando las personas que han quedado para comer terminan de
comer no suelen tener más hambre. Algunas cosas de las que se hacen cuando se
queda para comer sacian el hambre. Normalmente la más importante de ellas es
comer.
Las personas siempre
hemos sido objetos de deseo. Esto es cierto. También es cierto que de ello no puede concluirse ninguna predicción sobre cuál será el objeto de
deseo en el futuro, o si habrá objeto de deseo.
¿qué consecuencias
tiene?
Que los cuerpos dejan
de ser objetos de deseo.
Que la belleza de los
cuerpos deja de condicionar la vida sexual.
Que el canon de
belleza deja de condicionar la vida.
Que la utilización
sexual de las personas deja de ser el objetivo que subyace a nuestras
relaciones.
Que los cuerpos de las personas dejan de ser tratados como
lo son, por ejemplo, los alimentos. Con todo lo que ello implica.
Eso sólo, claro está, para quienes practiquen un sexo sin
objeto.
O en la medida en que lo hagan.
¿dónde podemos
encontrarlo?
El sexo sin objeto ya existe y está presente en nuestra vida.
La masturbación es una, de innumerables, formas de sexo sin objeto que ya
forman parte de ella. Normalmente lo consideramos un sucedáneo del sexo
porque no hay un cuerpo al que objetualizar.
¿cómo se hace?
Separando el
placer y la satisfacción que provocan las actividades eróticas, del placer y la
satisfacción que provoca la disponibilidad de un determinado cuerpo en las
actividades eróticas.
Reapropiándonos de
nuestro propio cuerpo en las actividades eróticas.
Realizando
actividades sexuales sin sujetos sexuales objetualizados, ya sea
individuales o compartidas, colectivas.
Aceptando sin
frustración el placer y la satisfacción que nos produzcan las actividades
sexuales sin objeto.
Tratando al sexo como otro
objeto más de nuestra curiosidad, y no exclusivamente como un medio para la
obtención de placer.
Haciéndolo.
Escuchando con paciencia cómo nuestro cuerpo desplaza su objeto de deseo de los
sujetos objetualizados a las actividades eróticas, a sí mismo y a la
comunicación sexual.
Contándolo.
Proponiéndolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario