sábado, 18 de agosto de 2012

historia de amor: desglose por indicadores. XVIII. Conoce tu lugar


26 Enero 2013, Lunes 19:12

Ehlin acaba de abandonar la habitación que alquilaba en casa de Raquel. Apenas hace falta ordenar nada, ni siquiera barrer. Ha sido siempre muy limpia y respetuosa, y así ha vuelto a quedar de manifiesto en su forma de irse. A decir verdad, ha sido buena compañera en todos los sentidos. Raquel echará de menos una presencia tan discreta y agradable, tan armoniosa. No es la primera vez que le pasa. Cada compañera de piso no llega a ser una amiga, pero está claro que compartir su casa ha constituido una experiencia enriquecedora de la que ha obtenido un balance muy positivo.

Raquel se queda en el marco de la puerta, observando la habitación. No resulta demasiado grande, pero eso es porque no está pensada para contener una cama. Si fuera un simple estudio, con un mueble para algunos libros, podría tener un escritorio amplio y confortable. Se quitaría también la mesilla y, seguramente, la cómoda, porque ella aún tiene perdidos por la casa algunos cajones vacíos. Además, haciendo vida en el salón, el espacio no tiene por qué cansar y resultar opresivo. Y hay que tener en cuenta que se trata de una casa provisional, de soltera…

Cuando sale de su ensoñación no lo hace con un sobresalto o con una sonrisa, sino borrando otra imperceptible que se había dibujado en su rostro. Se vuelve cadenciosa hacia el sofá, se sienta con el portátil sobre las piernas, introduce su usuario en la página de alquiler de habitaciones y pulsa “renovar anuncio”. Su mirada se pierde en la aburrida página de aceptación, esta vez sin que su imaginación logre despegar un palmo de la pantalla.

No hay comentarios: