- Eva, yo te he tratado bien hasta ahora, ¿verdad?
- Por supuesto.
- Entonces, ¿por qué me cuentas todo esto? Y lo de ese chico… Soy bastante sensible a estas cosas.
- Me ha parecido que debía.
- ¿Quieres que yo te diga a ti lo mismo? ¿Quieres que de pronto te pida que seamos pareja? ¿Que te diga si hay alguien más? ¿Que deje a esa persona, como has hecho tú?
- En realidad no. Simplemente me pareció que yo tenía que hacerlo. Nada más.
- Eso es presionar. ¿Tú vas a ser fiel y yo no?
- Víctor, en serio, no te pido que hagas nada.
- Las cosas tienen su ritmo, Eva. Tú sabes que no es el momento de plantear algo así. Disfruta de lo que tienes, y lo que tenga que ser será; no te quepa duda.
- De acuerdo.
- He sido honesto contigo en todo, ¿verdad?
- Claro.
- Pues voy a seguir siéndolo. Hay otra persona. Es mi ex.
- ¿Estás con tu ex?
- No es exactamente mi ex. Pero ya no hay nada entre nosotros. Nada real. Sólo cama, porque nos entendemos muy bien.
- …
- No voy a dejarla así, de pronto, después de tanto tiempo, sin saber siquiera qué va a pasar entre tú y yo… Por supuesto ahora mismo tú eres muy importante para mí, pero no se puede tirar a la gente a la basura. Las cosas no se hacen así, Eva. No hay que hacer daño.
- Hagamos una cosa. Olvida lo que te he dicho, ¿de acuerdo? Hazte a la idea de que no hemos tenido esta conversación y ya está. No te preocupes. No pienses sobre ello. Sigamos como hasta ahora.
- …
- Olvídalo.
- Tengo que pensar…
- Pues sí que lo he hecho bien. Encima Jorge está hecho polvo.
- Eva, por favor, no me hables de ese chico.
- Perdón…
Eva no tiene muy claro si este desaguisado era el cumplimiento de su deber. Tal vez lo fuera, porque ahora se siente infinitamente peor que hace unos días y, como todos sabemos, las obligaciones no son agradables. Pero seguramente Marta, que parecía hablar desde la experiencia, pueda despejar dudas. Además, está muy interesada en hacerlo.
- Me llamó dos días después para decirme que no nos viéramos más.
- Mejor. Si te ha dejado es que no merecía la pena.
- Supongo, pero estábamos tan bien…
- Eva, un polvo lo consigues en cualquier sitio.
- Sí, pero no uno decente.
- Para estar amargada con un tío que no te quiere, mejor el primero que pase por la calle.
- …uf.
- Anda, alégrate. Ahora te puedes follar a quien quieras y, además, no pierdes el tiempo en una relación que no va a ninguna parte.
- No sé. A lo mejor ha sido mi manera de hacerlo. ¿Juan Luis reaccionó así?
- ¿Cuándo?
- Cuando le dijiste que habías dejado a Jorge.
- Yo no he dejado a Jorge.
- ¿…al final te dejó él?
- No, no.
- ¿Y sigues con Juan Luis?
- Mujer, claro.
- …
- Es una locura, pero mira, hay una cosa que es obvia: en el amor las reglas no valen. Los sentimientos no se pueden controlar. Yo a Jorge le quiero muchísimo y cuando el corazón te pide algo…
- El mío debe de estar pidiendo, porque me siento una mierda.
- Bueno, pero tienes a Tomás.
- Tomás dice que necesita no tener contacto conmigo.
- ¿A ti te apetece verle?
- La verdad es que sí.
- Pues sé humilde y díselo, Eva. Dile que te has equivocado.
2 comentarios:
¿Como qué edad viene a tener nuestra Eva?
pues o es muy joven o, al menos, muy inexperta, porque aún quiere ser coherente.
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